La economía portuguesa registró el último trimestre de 2010 una contracción del 0,3%, en la primera caída del PIB desde el cuarto trimestre de 2009. Los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ponen de relieve una desaceleración de la demanda interna en el último tramo del año pasado, aunque en todo 2010, Portugal creció un 1,4%, frente al resultado negativo del 2,5% del año anterior. En concreto, el INE da cuenta de una caída del consumo, a pesar del aumento de la compra de vehículos, y de una reducción de la inversión.
El primer ministro, José Sócrates (socialista), justificó la caída del PIB por las medidas de austeridad impuestas por su Gobierno y, tratando de ahuyentar toda interpretación pesimista de los datos del INE, subrayó que es prematuro hablar de una nueva recesión. El jefe de Gobierno puso el énfasis en el crecimiento del 1,4% durante el año 2010, el doble de la previsión inicial del Ejecutivo, y "en la reducción de dos puntos porcentuales del déficit presupuestario".
El optimismo gubernamental contrasta con las previsiones del Banco de Portugal y de los organismos internacionales, que vislumbran una nueva recesión en 2011, aunque más leve que la de 2009.




